QUÉ ES EL DOLOR CRÓNICO?
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El dolor crónico es aquel que se extiende por un período superior a tres meses.
Suele caracterizarse por ser: difuso, de descripción difícil, continuo, de fisiología compleja y que empeora con el descanso.
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El dolor crónico es una patología que afecta en su mayoría a las mujeres y a la población adulta y, su prevalencia es del 19% en la población europea.
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La evidencia científica; es decir, los datos que provienen de las investigaciones científicas, avala el uso del modelo biopsicosocial (biológico + psicológico + social).
A partir de aquí se van a analizar distintos artículos científicos, basados en distintas disciplinas científicas y, va a quedar patente el porqué de la necesidad del uso de este modelo multifactorial y multidisciplinar y, en particular, del modelo psicológico.
¿CÓMO VE EL MODELO FISIOLÓGICO AL DOLOR CRÓNICO?
Basado en el artículo: “Los factores psicosociales en el dolor crónico. Intervención fisioterapéutica desde un enfoque biopsicosocial” (Milagros Pérez Muñoz y Yolanda Pérez Martín, 2018).
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Desde una perspectiva fisioterapéutica se describen los distintos tipos de dolor en base a mecanismos fisiopatológicos.
Se realiza una diferenciación del dolor agudo y del dolor crónico: el dolor agudo tendría la función de protección del organismo y el dolor crónico se describe como una enfermedad en sí misma (refieren que es una de las cinco enfermedades crónicas más habituales).
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Explica el dolor mediante unos mecanismos alterados, ejemplos de ello son: nocicepción, sensibilización periférica, sensibilización central y mecanismos atencionales y endógenos de modulación del dolor; sin embargo: reconoce la relación entre las emociones y los trastornos psicofisiológicos y el papel que ejerce la expresión o inhibición de las emociones en la salud.
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Incluye los factores psicosociales y su influencia en el dolor crónico.
Por un lado, la relación de distintas emociones con trastornos psicofisiológicos específicos y, por otro, el papel que ejerce la expresión o inhibición de las emociones en la salud. Por ejemplo el miedo y la ansiedad están relacionados con el dolor (conducen a la evitación de actividades e influyen sobre el aumento de la percepción de la experiencia dolorosa) y el estrés debilita al sistema inmune. También se sabe que los procesos mentales, como los pensamientos o las creencias, pueden perpetuar una situación de dolor. La percepción de dolor activa la vía espinal y supraespinal que se dirigen a zonas cerebrales involucradas en procesos cognitivos y afectivos.
Otros factores que se nombran son: el catastrofismo, la autoeficacia del dolor, la capacidad de seguir activo a pesar del dolor, la personalidad, etc.
Queda patente, finalmente, la defensa de esta perspectiva del modelo biopsicosocial de George Engel de 1977 (modelo multicausal).
¿CÓMO VE LA PSIQUIATRÍA AL DOLOR CRÓNICO?
Basado en el artículo científico: “Dolor crónico y psiquiatría” (Lina Ortiz MSC y Maritza Velasco, 2017).
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Tanto la psicología como la psiquiatría basan sus diagnósticos en dos manuales esenciales: CIE 11 (de corte más psicológico y muy utilizado en el sistema sanitario público español) y el DSM V (de corte psiquiátrico, aunque utilizado por ambos tipos de especialistas) y ven al dolor crónico como una función adaptativa.
Pero… ¿Cómo es el procesamiento psicológico en el dolor crónico?
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Circuitos neuronales y cambios desadaptativos: neurocircuitos y conducta y conducta de dolor.
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Alteraciones del procesamiento psicológico en dolor crónico: cognición y atención (hace alusión al efecto negativo del dolor en la capacidad de atención), alteración en la percepción (por ejemplo en los casos de miembro fantasma), interocepción (que dependerá de diversos factores como el nivel de estrés), refuerzo, aversión y motivación (por ejemplo la función de los circuitos de recompensa) y aprendizaje y memoria (procesos de memoria implícita).
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Factores de riesgo pre mórbido y dolor: Trauma físico o psicológico anterior, disfunción social (el aislamiento, la exclusión social,…), catastrofización, estatus social y género.
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Aunque el modelo considere esenciales las variables psicológicas, desde su perspectiva: la biológica, la farmacología es su principal aportación.
Después de toda la crítica a muchos profesionales del modelo biológico, por no seguir las directrices de la evidencia científica, también cabe destacar que cada vez son más los profesionales médicos que trabajan desde una perspectiva multidisciplinar (derivando la parte psicológica y la fisioterapéutica a los profesionales adecuados).
¿CÓMO VE LA PSICOLÓGÍA AL DOLOR CRÓNICO?
Basado en el artículo científico: “Dolor crónico y psicología: actualización” (Margarita González, 2017).
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La psicología es una acérrima defensora del modelo biopsicosocial y su principal crítica se dirige hacia los modelos puramente biológicos (médicos) que siguen tratando esta problemática como una experiencia sensorial en función del daño asociado; es decir: daño de tejido y dolor. Una descripción realmente simplista y reduccionista que no consigue los efectos esperados.
Es un modelo que resalta, además, la importancia de los factores psicosociales:
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Factores emocionales y dolor: El funcionamiento del miedo y la ansiedad en el dolor crónico, el funcionamiento de los estados de ánimo positivos (analgesia afectiva), la relación con la depresión, el estrés emocional.
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Factores cognitivos y dolor: las creencias y actitudes, la catastrofización del dolor, miedo-evitación del dolor, baja expectativa de recuperación y autoeficacia.
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Conducta de enfermedad y dolor.
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Factores sociales y dolor: la empatía interpersonal (como las personas cercanas entienden a la persona con dolor crónico) y el apego (el apego inseguro como un factor de riesgo y el apego seguro como un factor protector)
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Trauma y dolor.
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Factores laborales y dolor.
¿QUÉ PUEDE APORTAR LA PSICOLOGÍA PARA EL BIENESTAR DE LAS PERSONAS CON UNA ENFERMEDAD DE DOLOR CRÓNICO Y EL MANEJO DEL MISMO?
Basado en el artículo: “Dolor crónico: el rol de la terapia cognitivo conductual en el tratamiento combinado” (Rosales, Guadalupe, Martini, Sabrina, D’alessandro, Fabián, Koutsovitis, Florencia, Colombo, María Cecilia, Donatti, Sofía, Ramos, María Belén y Garay y Cristian Javier, 2014).
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La psicología parte del punto de que el dolor es una variable subjetiva y nombra los tres objetivos que desde una perspectiva psicosocial se deberían perseguir para la mejoría en esta enfermedad crónica:
1. Facilitar el manejo de la activación fisiológica y/o el nivel de tensión relacionado con el dolor.
2. Modificar la forma en que el sujeto valora la situación, facilitando una re conceptualización de su vivencia de forma más adaptativa.
3. Reorientar las conductas disfuncionales en una dirección constructiva, para lograr que el paciente desarrolle habilidades funcionales en el afrontamiento de su dolor.
4. Atender las dificultades de la familia y asesorarla respecto al cuidado e interacción con el paciente.
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Finalmente, se nombran las principales psicoterapias indicadas para tratar el dolor crónico:
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Terapia conductual, que con el tiempo nos llevó a la terapia cognitivo conductual, que es la más usada en estos casos.
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En relación al tratamiento combinado de fármacos y terapia, se recomiendan tratamiento multimodales (multidisciplinares).
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Llegando a la conclusión de que:
1. Las mejores guías que tratan sobre el dolor crónico recomiendan los tratamientos combinados TC.
2. En general se demostró que el abordaje multidisciplinar es la mejor opción para el tratamiento del dolor crónico.
¿QUÉ FACTORES PSICOSOCIALES CABE DESTACAR DE ESTA PEQUEÑA REVISIÓN?
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Factores cognitivos: creencias, pensamientos catastrofistas, bajas expectativas de recuperación, miedo – evitación del dolor, autoeficacia, estilo atributivo y percepción del dolor.
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Factores emocionales: miedo, ansiedad, estrés, tristeza y, en general, el efecto de las emociones positivas y el delas emociones negativas.
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Factores sociales: aislamiento, apoyo, estatus social, género, empatía interpersonal, tipo de apego y traumas.
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Factores laborales.
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Factores individuales: rasgos de personalidad, el rol de enfermo, etc.
CONCLUSIÖN:
Parece que en este estudio queda claro que los factores psicosociales ejercen un papel muy importante (e imprescindible) en el dolor crónico y en la calidad de vida de las personas que lo padecen.
Referencias:
Lina Ortiz, M. y Velasco, M. (2017). Dolor crónico y psiquiatría. Revista Médica Clínica Las Condes, 28(6), 866 – 873.
Margarita González, A. (2014). Dolor crónico y psicología: actualización. Revista Médica Clínica Las Condes, 25(4), 610 – 617.
Pérez Martín, Y. y Pérez Muñoz, M. (2018). Los factores psicosociales en el dolor crónico. Revista De Investigación Y Educación En Ciencias De La Salud (RIECS), 3(1), 39 – 53.
Rosales M.G., Martini S.A., D’alessandro F., Koutsovitis, F., Colombo, M.C., Donatti, S., Ramos, M.B, y Garay, C.J. (2014). Dolor crónico: el rol de la terapia cognitivo conductual en el tratamiento combinado. Memorias del VI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, 1, 119 – 123.