¿Qué es una superstición?
Según la RAE una superstición es:
1. f. Una creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón.
2. f. Una fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo.
Desde esta perspectiva, podríamos entender una conducta supersticiosa como a una conducta contraria a la razón; es decir, asociar una conducta a algo (bien con consecuencias negativas, bien con consecuencias positivas) sin motivo para dicha asociación.
La conducta supersticiosa desde una perspectiva psicológica.
En 1948 Skinner, una de las figuras más importantes de la corriente conductista, descubre accidentalmente este fenómeno. Skinner tenía en “cajas Skinner” a varias palomas, las alimentaba de forma regular (es decir, siempre usando el mismo intervalo temporal) independientemente de lo que estuvieran haciendo las palomas. Observó que las palomas tenían unas conductas extrañas, realizaban los mismos movimientos que habían estado realizando la primera vez que se les dio de comer; es decir, creían que actuando de cierta forma iban a conseguir comida.
La parte social y la parte individual: Por una parte, las conductas supersticiosas pueden ser adquiridas socialmente y, por otra, lo pueden hacer de forma individual.
Se puede decir que la conducta supersticiosa existe en todas las culturas, en nuestra cultura son conocidas:
– Supersticiones positivas: encontrarse un trébol de cuatro hojas, cruzar los dedos, las estrellas fugaces, tirar una moneda a una fuente, tocar madera, herraduras, etc.
– Supersticiones negativas: gato negro, libélulas, pasar por debajo de una escalera, el número 13, derramar la sal, etc.
También se puede afirmar que cada persona tiene sus propias supersticiones y que estas quedan condicionadas por otros eventos. Las supersticiones de índole individual pueden ser infinitas.
La conducta supersticiosa es generada por un fenómeno muy conocido en psicología: el condicionamiento operante. Un estímulo queda asociado a una respuesta, el problema es que en estos casos el condicionamiento es automático y aleatorio. Así, puedo dejar de ponerme una camiseta porque ese día me sucedió algo malo, o pensar que un amuleto fue la razón de que un examen me saliera bien, o quizás, que un trébol de cuatro hojas es mágico y asegurar que es el causante de mi buen rendimiento en ese día.
Aquí también entraría en juego otro mecanismo, el de la atribución. La atribución interna consiste en asociar los eventos con nuestras capacidades y la atribución externa consiste en asociar los eventos con factores exteriores a nosotros (una atribución interna puede ser cuando atribuyo mi aprobado a lo mucho que he estudiado y una atribución externa puede ir desde: explicar mi aprobado porque el profesor o la profesora han puesto un examen fácil, hasta que mi amuleto ha sido el responsable de mi aprobado).Con lo cual, podemos afirmar que, de forma muy generalista, las personas con atribuciones externas son más sensibles a la superstición (aunque este fenómeno es mucho más complejo de lo aquí explicado).
Cabe decir que las consecuencias de las supersticiones pueden ser nefastas; pensar que ir al médico me da mala suerte porque me genera enfermedad, puede provocar que no vaya nunca a revisar mi estado de salud y que, por tanto, cuando acuda a realizar una revisión porque ya no aguanto más, la enfermedad sea incurable o terminal. En esta época del año no nos podemos olvidar de las conductas supersticiosas relacionadas con el juego, o de todo el repertorio conductual desplegado por las personas adictas al mismo (ludopatía).
Las conductas supersticiosas también nos pueden llevar a rituales diarios, que si no los realizamos, nos generan un malestar psicológico insoportable y una gran pérdida de tiempo diaria.
Lo cierto es que muchas de estas conductas supersticiosas pueden ser muy limitantes en nuestra vida diaria, por eso es muy importante filtrar todo lo que dejamos que entrar en nuestra cabeza: ¿Qué pruebas tenemos de ello? ¿Qué pasa si no las llevamos a cabo?
Otra parte negativa de las supersticiones es que no podamos sacar las conclusiones adecuadas para obtener un buen aprendizaje (y/o) para no repetir la misma conducta que nos ha llevado al fracaso en la obtención de un objetivo.
Pero la mente y las creencias, en muchas ocasiones, se obstinan en quedarse en contra de todo razonamiento (suelen estar muy arraigadas) y, uno de los fenómenos que ayudan a que se mantengan es el llamado “sesgo confirmatorio”. El sesgo confirmatorio consiste en que solo somos capaces de ver la información que confirma nuestras creencias, pero no somos capaces de ver la información que las contradice.
¿Qué podemos hacer con las conductas supersticiosas?
Lo primero es ponerlas en duda ¿Explica esta conducta algo de lo sucedido? ¿Qué pasaría si vuelvo a ponerme la camiseta de la mala suerte? ¿Qué pasaría si me pongo la camiseta de la mala suerte hasta que deje de darme mala suerte? O, en el peor de los casos, tendría que vivir condenado o condenada a vivir con mala suerte debido a una camiseta?
Como podemos observar, al razonar sobre ello, la conducta nos puede llegar a parecer absurda perdiendo poder sobre nosotros/as.
Nuestra recomendación es que, si somos tendentes a la creencia en supersticiones, anulemos el valor que le damos a la superstición; es decir, actuar en sentido contrario: que se me pasa por la cabeza que vestirme de negro me da mala suerte, entonces, inmediatamente nos vestimos de negro para quitarle valor a la superstición y no darle pie a apoderarse de nosotros/as; que resulta que justo ese día que me vestí de negro me pasó algo negativo, entonces, al día siguiente me vuelvo a vestir de negro (así hasta que la superstición pierda valor y poder sobre nosotros).
En definitiva, en relación a las supersticiones, es conveniente actuar en contra de ellas y cuanto antes lo hagamos mejor, tanto en el caso de las negativas como en el caso de las positivas.
“La libertad es la esencia misma del ser, que todo aquello que impida esa libertad debe ser eliminado, sea un ritual, una superstición o una limitación en cualquiera de sus formas”. Richard Bach.
Psico_Graca: Conducta Supersticiosa y Libélulas.