Reactancia ¡Libertad!

 

La reactancia es una forma de reafirmar nuestra libertad cuando la vemos amenazada; es decir, cuando nuestra libertad se siente amenazada (bien por una exigencia, imposición, presión,…) actuamos en dirección contraria. No es un fenómeno muy racional, al contario, actuamos sin saber muy bien lo que estamos haciendo precisamente debido a esa amenaza que  “coarta” nuestra “libertad”.

 

¡Libertad, libertad! Gritaban algunos/as en estos últimos tiempos. Y es que realmente la reactancia puede considerase un rasgo de la personalidad que surge ante la prohibición o la falta de opciones (no lo quiero, no lo necesito, pero no quiero perder la opción).

Un ejemplo muy claro es cuando se dice que en las gasolineras se van a quedar sin gasóleo un día en concreto y todos/as acudimos allí a esperar, en largas colas, para llenar nuestro depósito (no necesitamos el coche, pero…la libertad, la pérdida de oportunidad, …), o cuando un cartel pone prohibido “tirar papeles al suelo” y , entonces, aparece esa reactancia; es más, los estudios nos indican que lo adecuado para evitar la reactancia sería poner “gracias por mantener las instalaciones limpias” porque, en este caso, estamos invitando a las personas a colaborar y no estamos prohibiendo y poniendo a prueba la reactancia de las mismas.

 

Pero la reactancia no siempre termina en la conducta contraria (en el punto final se nombran los tres tipos de reactancia), a veces puede desembocar en una pequeña “rebeldía”, ejemplo de ello sería cuando a un niño/a se le prohíbe pegar a su hermano/hermana, el niño/a asume que esa conducta no es la adecuada pero busca otra alternativa que no lo/la limite, por ejemplo: sacar la lengua.

 

Cuanta reactancia hemos visto en los últimos tiempos, que se dice que se acaba el papel higiénico: pues voy corriendo a comprar paquetes y paquetes de papel higiénico, que dicen que se están a punto de agotar las entradas de un concierto al que no sabía si quería ir: pues me la compro, ¡¡¡que me cierran el bar!!! (¿¿¿Si me quedo sin ir ???). En todas estas situaciones aparece este fenómeno psicológico: debido a la falta de oportunidad o a quedarnos sin la opción, aunque en circunstancias normales no le habríamos dado este valor.

 

Son acciones, declaraciones, etc. que podemos ver en nuestro día a día en distintos perfiles de personas y que, en muchas ocasiones, se resuelven mediante la rebeldía: ¿Qué nos cierran los bares y nos prometen libertad? ¡Arriba la libertad! (y acabamos votando a partidos contrarios a nuestros intereses), o, ¿Quién le ha dicho a la dirección general de tráfico que quiero que conduzca por mí?, o, ¿Qué no le puedo pegar a mi hermano/a? Le saco la lengua, o, ¿comer demasiada carne es perjudicial para la salud? Nada como un buen chuletón.

 

Y es que algunas personas son tan reactivas que es decirles que no a algo para que hagan lo contrario (aquí podríamos usar la psicología inversa: no vayas a tal sitio, y el/la reactivo/a hará lo contrario). Y podríamos pensar que es una actitud típica de los adolescentes ¡que los es! pero en los últimos tiempos hemos podido observar estas conductas en multitud de adultos debido a la circunstancias sociales tan extrañas del momento.

 

Como punto final,  a modo informativo, queda por mencionar que existen tres tipos de reactancia:

  • Restauración directa: hacer lo contrario a lo que te dicen.
  • Restauración indirecta: realizar una conducta aproximada a la prohibida.
  • Respuestas subjetivas: acatando la prohibición pero desarrollando un gran rechazo hacia quien la impuso.

 

En este tipo de situaciones es imprescindible ser racional:

La libertad es algo muy grande, es asumir que se tiene la conciencia libre, que no es lo mismo libertad de conciencia.

Julio Anguita, 1999.

 

Psico-Graca.

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